6 de junio de 2009

Que asco me da el Elástico

Sábado por la noche. Sala Maxime. Musicón. Un colocón bien divino. Bakalas y malotes reformados sudando y cantando los temazos que estaban poniendo a ritmo de orquesta de pueblo. ¿Y qué creéis que paso? Pues que un amigo me dijo que se iba al elástico y mi pedo, porque mi yo interior gritaba que no, le acompañó.

Y me encuentro de repente en el Elástico. No sé si fue el viajecito en el coche o esas luces de mierda que tienen las escaleras de la sala, tan azules y tan rallantes, que fue entrar, ir al fondo de la sala esquivando tanta marica del fotolog reunida, que me apoyé en una pared y empecé a potar. Casi me muero, pero lo peor todavía no había pasado. Después de echar la primera lefada que toda marica guarda en su interior como recuerdo, levanté la cabeza y al ver tal fauna, el pedo se me corto completamente. ¡Había dejado a los heteros con dudas por modernas cuyos nombres eran tan menstruosos que mi cabeza, gracias a buda, los ha borrado!

Todas gritando, persiguiendo a los pobres fotógrafos de tilllate, todo el rato saludándose entre ellas, tomando malibú con piña, bailando peor que la pobre Sophie Ellis-Bextor y lo mejor de todo: en el baño nadie folla, solo van a mirarse al espejo. ¡Y no penséis que van a mear, qué allí todo el mundo llevaba un tampón superabsorbente!
Pues nada, yo me di a la bebida y a los chupitos y me puse a mirar con cara de asco a todas. Es que vamos a ver, yo suelo ser el más marica por los lugares por los que salgo, pero es que allí… era un machote. Incluso un marica que me vio mirándole fatal me dijo: ¡Qué asco de heteros! ¿Hetero? Me han llamado hetero. No me lo podía creer.
Y lo peor de todo, aparte de que la música era un asco, me entra el típico chico, de 27 años, que esa noche decide ir al elástico con sus compañeros de trabajo, ya que con sus amigos no puede porque hace poco que es gay y no está muy cómodo que digamos (seguro que también llevaba puesto un tampón).

Después de mirarme durante una hora, echando la típica sonrisa de “estoy amargado y quiero comerte el culo” se acerca y me dice que si vengo mucho por aquí. Y, como buen hetero que era esa noche, le contesté mi segunda pota en su pie. Pero el tio, que al parecer le molaba de verdad, ni se inmutó. El caso es que se me queda mirando y me dice que se tiene que ir. En ese momento giro la cabeza y veo una panda de catetos que no sabían ni lo que era el Cristal. Una rubia teñida de talla 42 fumando LM light, un calvo petado que nos miraba y pensaba que ya no volveria a acompañar al baño a su compañero de curro, una morena subida en algo a lo que ella llama “Mira nena, que zapatos mas bonitos me he comprado” y un tio que estaba bastante bueno pero que ni me miraba por si mis rayos laser en función de “Modo 2: Hacer a un hetero gay” le alcanzaban y tendría el pobre que follarme tantas veces que tendría que apuntarse a un gimnasio para no morir en el intento.

Pues eso, que me dice que se va, rollo vente conmigo. Y la verdad es que no se qué le dije ni que paso porque estaba bastante pedo. Hoy ya es sábado, ya ha pasado una semana, y esta noche nadie me quita de mis heteroscalientamaricas y de mi música a 142 BPM ni de coña.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Odio a las busconas de Tillate.

ces dijo...

elasticamente gay...

Eva dijo...

eres lo mejor fabiooooor!

Kali Stein dijo...

Buenisimo tu blog xD